Las novelas-ensayo de Margaret Drabble
Las novelas de Margaret Drabble (Sheffield, 1939) tienen algo en común. Hablo al menos de tres de las cuatro que están traducidas al español: La niña de oro puro (2013; Sexto Piso, 2015), Llega la negra crecida (2016; Sexto Piso, 2018) y Una jaula en un jardín de verano (1963, Alba Editorial, 2020). Tengo pendiente la lectura de La piedra de moler (1965; Alba Editorial, 2013).
Ese algo en común es que las tres pueden ser simultáneamente leídas como ensayos. Me explico: cada una de estas tres novelas no se limitan a narrar un conflicto, sino que, como es característico del ensayo, exploran y reflexionan en torno a un tema. En La niña de oro puro es la maternidad de niños con discapacidad, en Llega la negra crecida es la vejez y en Una jaula en un jardín de verano, el matrimonio.
Drabble indaga en estos temas de una manera similar a como procedería un ensayista: a partir de la experiencia de vida que se filtra a través de sus protagonistas, así como de la experiencia lectora.
Esta última se hace evidente en sus personajes: siempre cultos, siempre eruditos y sensibles. De manera que al lector le resulta natural, no como un atributo forzado, que salgan de su boca citas de poemas, referencias a este dramaturgo, a aquella pensadora.
En La niña de oro puro es Jess, una antropóloga y madre soltera, quien guía al lector por esa revisión geográfica, histórica y literaria que es la novela de la manera en que la familia y diferentes sociedades han afrontado la atención de niños especiales. A Jess le obsesiona ese tema debido a que Anna, su única hija, es una niña enferma que toda su vida necesitará de cuidados.
La protagonista de Llega la negra crecida, la más reciente novela de la autora inglesa, es Francesca Stubbs, una mujer de más de 70 años que vive rodeada de amigos de esa edad y que trabaja para una institución benéfica que busca mejorar la calidad de vida de los ancianos. A partir de los avatares de este conjunto de personajes, que constantemente aluden a autores como Simone de Beauvoir o Samuel Becket, Drabble hace una reflexión hermosa y conmovedora en torno a ese “viaje a lo desconocido” que es envejecer.
En Una jaula en un jardín de verano, cuya protagonista es Sara, recién graduada en letras de la Universidad de Oxford, mujeres jóvenes y educadas se enfrentan a la pregunta de si casarse o no. En ésta, su primera novela, Drabble se aproxima al tema de matrimonio no tanto a partir de las referencias cultas de su protagonista como por medio de las consideraciones que ésta hace a partir de las vivencias de su hermana y sus amigas.
Drabble ha escrito más de 20 novelas. Curiosamente, la primera y la más reciente están traducidas al español. Las dos, de títulos misteriosos y extraños, toman su nombre de un verso. Una jaula en un jardín de verano se llama así por un verso de la tragedia El diablo blanco, de John Webster: “Es como una jaula en un jardín de verano: / los pájaros que están afuera se desesperan por entrar, y los que están adentro se desesperan por salir, consumidos por el temor de no lograrlo nunca”.
Llega la negra crecida, por su parte, toma su nombre del poema “El barco de la muerte”, de D. H. Lawrence, el también autor de El amante de lady Chatterley: “Despedazado muere el cuerpo, y el alma tímida / ya pierde pie cuando llega la negra crecida”.
La jaula es una imagen del matrimonio, mientras que la negra crecida no refiere a otra cosa que a la vejez.
Por medio de las alusiones de sus personajes y a veces desde el título de sus novelas, Drabble establece un diálogo con autores, artistas, estudiosos… a la manera de los grandes ensayos. Cada vez que la leo, me pregunto cómo será su método de trabajo. ¿Su cantidad de lecturas es tal que en un momento dado se da cuenta que con fragmentos de libros de aquí y de allá puede armar una novela? ¿O es que piensa un conflicto que atraviese a sus personajes y se pone a estudiar al respecto?
En cualquier caso, la magia de esta escritora, de la que también se han traducido al español los cuentos de Un día en la vida de una mujer sonriente (2011: Impedimenta, 2017), está en que todo lo que sucede a sus personajes, todo lo que hacen y dicen, parece responder a un curso natural. Pues Drabble es capaz de bordear un asunto desde la narrativa sin que sus cavilaciones parezcan metidas con calzador.
*Foto principal: de Free-Photos en Pixabay
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Reseña | "Una jaula en un jardín de verano", de Margaret Drabble
Reseña | "Llega la negra crecida", de Margaret Drabble
Reseña | "El amante de lady Chatterley", de D. H. Lawrence
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